Quiero mostrarte lo que realmente hay detrás de Rosas Café: las historias detrás de las cámaras, las personas que lo hacen posible y, sinceramente, un poco más de lo que somos de verdad.
Soy Ana Santos, fundadora de Rosas Café, y llevaba tiempo queriendo empezar esta serie de relatos o blogs, como los llaman ahora.
Cuando imaginé por primera vez Rosas Café, quería crear algo diferente y distintivo. Un espacio creativo que reflejara todo lo bello y artístico que me inspira. También quería que representara mis propios valores: la integridad en todo lo que hago, el deseo de construir una comunidad acogedora y un sentimiento auténtico de familia.
Y ahora, mientras seguimos creciendo, me doy cuenta de que hay mucho más de nuestra historia que quiero compartir.
Conectemos más allá de las stories rápidas de Instagram, y más allá de nuestras mañanas de ajetreo en Rosas. Quiero mostrarte lo que realmente hay detrás de Rosas Café: las historias detrás de las cámaras, las personas que lo hacen posible y, sinceramente, un poco más de lo que somos de verdad.
Rosas Café nació como un sueño que llevé conmigo durante años trabajando en moda, viajando por el mundo y coleccionando momentos e ideas que me tocaban el corazón.
De Ciudad del Cabo a Milán o Dubái, siempre iba tomando notas mentales: de espacios que me transmitían positividad, de comidas que reunían a la gente, de lugares que simplemente se sentían como hogar.
Cuando finalmente abrí Rosas Café en Marbella, en junio de 2018, quería crear exactamente esa sensación.
Un lugar al que pudieras venir tal y como eres, ya sea recién salido del gimnasio o arreglado para una ocasión especial.
Donde tu perro no solo es bienvenido, sino recibido como un invitado más. Donde la comida es tan bonita como nutritiva y donde el café… bueno, ya te hablaré más sobre nuestro café, pero de verdad es el mejor del mundo.
La respuesta ha sido abrumadora, en el sentido más precioso.
Nos hemos convertido en el ritual de mañana para muchos de vosotros.
Un lugar para celebrar cumpleaños, para trabajar con tu portátil mientras tomas un matcha latte, para traer a tus amigos de visita que quieren conocer “el café rosa”.
Algunos incluso nos visitáis antes de deshacer la maleta al llegar a Marbella, lo cual me llena el corazón.
Pero aquí está lo importante: hay mucho más que compartir.
Sí, tenemos miles de rosas de seda en nuestras paredes (en seis tonos diferentes, porque el equilibrio importa).
Sí, colaboramos con marcas como Zimmermann, Dior o Messika.
Sí, nuestro espacio sale precioso en las fotos.
Pero lo que os hace volver —lo que espero que os haga volver— es todo lo demás.
Los pasteles caseros que horneamos cada mañana.
Los ingredientes locales que seleccionamos con tanto cariño.
El equipo que te saluda por tu nombre.
La sensación de formar parte de algo cálido y auténtico.
Quiero “correr el telón de rosas”, por decirlo así, y enseñarte más.
Compartiré historias sobre cómo construimos este lugar, por qué tomamos las decisiones que tomamos, qué inspira nuestro menú y cómo es realmente dirigir un café que se siente como un segundo hogar para tanta gente.
Te presentaré a nuestro increíble equipo.
Te contaré sobre los próximos eventos y experiencias que estamos preparando —talleres de flores, brunches con yoga, charlas de invitados— todas las formas en las que queremos hacer crecer esta comunidad más allá del café y los pasteles.
Y también quiero escuchar de ti.
Tus historias, tu rincón favorito de Rosas Café, lo que te hace volver, lo que te gustaría ver más.
A medida que el año llega a su fin, el próximo capítulo de nuestra historia está comenzando.
Está pasando tanto, hay tanto que compartir, y no quería que te lo perdieras.
Considera esto tu invitación a nuestra mesa.
No solo a las mesas de mármol del café, ni solo a nuestro Instagram, sino a este espacio de aquí, donde podemos conectar de otra manera.
Me alegra muchísimo que estés aquí.
Con cariño,
Ana
P.D. Si quieres ser el primero en enterarte de eventos, nuevos platos del menú o cuando organicemos algo especial, asegúrate de suscribirte abajo. Estamos construyendo algo precioso juntos, y no quiero que te pierdas ni un momento.
